La primera- y la única vez antes de ayer- que vi a Zapato 3 en vivo fue apenas a un metro y medio de distancia en una visita al Museo de Arte Contemporáneo Sofía Ímber de Caracas (así se llamaba entonces). Probablemente fue en el año 1996 y yo estaba en 4to año de bachillerato. Para entonces el movimiento rock underground caraqueño ya no era tan underground, y me queda claro, porque un tiempo después los reconocí en televisión: “Vampiro”, la misma canción que yo había escuchado en el museo tenía un videoclip rotando en mi canal favorito de la TV por cable, MTV Latino. 

27 años después, volví a ver a la banda en un escenario que reunió a los rockeros de aquellos noventa que crecieron. Esa generación que hoy ronda los 50 años y que no olvida a este grupo que se separó con el cambio de milenio, pero es, según aseguró el promotor musical y cultural Félix Allueva en su Instagram “de las pocas bandas en formato pop-rock que casi colma la capacidad de la Concha Acústica de Bello Monte”. Estamos hablando de cerca de 3 mil espectadores, de los que, me atrevo a asegurar, sólo unos poquísimos hijos de algunos fans estaban por debajo de la treintena. 

A las 7:30 de la noche, ni un minuto más, apareció proyectado sobre el fondo del escenario el nombre del encuentro “Réquiem para un zapato” y luego las fotos que homenajeaban a Diego Márquez, el baterista fallecido un año antes.

Apareció primero Fernando Batoni con uno de sus sombreros característicos a un lado de la tarima, mientras al fondo se proyectaban visuales en blanco y negro de la ciudad y Carlos Segura salió a escena después del intro instrumental del tema “Obstinado”. Le siguieron “Dónde estás”, “Hermana” y “Maya” y justo antes de dar paso a “Dulce” (Muriendo por ti), el frontman dio sus primeras palabras al público” “tenemos demasiado tiempo esperando por esto, la verdad es que estamos muy felices”. 

Este show, el más grande de un recorrido por Sudamérica y Europa, es probablemente el más nostálgico por reencontrase con su público de Caracas después de la reunión de 2012 tras el que empezaron a trabajar en nuevas producciones. Parte de ese público agradecido acudió con camisetas y hasta collares de su memorabilia particular, como el locutor y tour manager Victor Sánchez, que mostraba orgulloso una franela de 1997 y el periodista seguidor de Zapato3, Rafael Urdaneta, que atesora un dije comprado en la entrada de un concierto en el 99.

Unas zonas “Rocker” y Fan casi a reventar -la VIP por contraste no tuvo lleno total ni tanta energía- coreó apasionadamente “Amo las estrellas”, luego “Separación” para llegar al segmento final en donde estuvo “Vampiro”, “Amor de hierro”, “Xanax” y por supuesto el muy recordado “Pantaletas negras”. Entonces Segura presentó a sus músicos y se declaró a su público “y yo soy Carlos, el que más los quiere”. La cita cerró tras “Uñas asesinas” y “Entrada de bala” en los que Segura brincó mientras batía la pandereta con la misma agilidad que siempre le ha caracterizado. 

Dos horas exactas y 24 temas en los que Segura hizo gala de una voz madura y más afinada que en sus años de juventud- era lo que se escuchaba de algunos conocedores en el área VIP-, Batoni destacó con su teatralidad característica de siempre, Jaime Verdaguer y Álvaro Segura lo dieron todo en los teclados y la guitarra respectivamente y Darío Adames, antes de Caramelos de Cianuro, pudo debutar con ellos frente a los caraqueños en la batería. 

Dentro de la producción, vale destacar los visuales geniales y la iluminación que permitieron dejarse envolver por la atmósfera de cada tema. La potencia del sonido estuvo acorde incluso para los asistentes que estaba en la parte superior del anfiteatro, aun cuando sabemos de las estrictas regulaciones de la Alcaldía de Baruta que pesan sobre la locación, pero que han permitido que los eventos se sigan celebrando con el beneplácito de los vecinos de Bello Monte. 

La logística fluyó sin contratiempos y hay que reconocer que las citas en la Concha Acústica -gratuitas y pagas- se han afinado cada vez más en puntualidad y orden, bajo la vigilancia de la Alcaldía de Baruta y la Policía de la entidad. Rockeros y seguidores de otros géneros y de diferentes generaciones, hambrientos de más reencuentros como éste, lo celebraremos.

Keep Rocking Venezuela